Llegan momentos de gran consumo con las fiestas navideñas, no sólo para regalar, sino también a la hora de comprar alimentos para hacer grandes comidas de encuentros con familiares y amigos. Por eso, desde Bioterra nos parece un buen momento para recordar porqué es importante practicar un consumo de proximidad.
¿Qué es un producto de proximidad?
Los productos de proximidad, también llamados productos Km 0, son los que se producen y/o recolectan en zonas cercanas a su lugar de venta. En general se estima que la distancia no debe ser superior a 250 km de distancia para ser considerado un producto de proximidad.
Por lo tanto, consumir productos de proximidad consiste en decantarse por comprar los que se han elaborado o producido en lugares cercanos a donde los estamos comprando, de manera que se reduce el número de intermediarios, los costes asociados y también la huella de carbono.
Los productos de proximidad reducen las emisiones de gases de efecto invernadero
Una de las principales ventajas a nivel ecológico de comprar productos de proximidad es que ayuda a reducir los gases de efecto invernadero y la huella de carbono en el transporte.
Cuando un producto tiene un origen muy alejado desde donde se ha producido hasta donde se compra o consume, hay que darse cuenta de que ha contaminado mucho por el camino. Piensa en la cantidad de medios de transportes que ha tenido que usar desde que se produce por ejemplo en China o La India hasta que llega a cualquier punto de España cercano a tu localidad: barcos, camiones, aviones, motos… y todo eso necesita combustibles fósiles que contaminan por el camino.
Estos gases de efecto invernadero son los responsables del aumento de la temperatura del planeta y, como consecuencia, del deshielo de los polos y sus efectos en los ecosistemas terrestres y marinos.
Por eso, el hecho de que un producto sea de cercanía ayuda enormemente a que sea más sostenible. Nuestra recomendación se aúna a la de gran cantidad de expertos y ecologistas en recomendar que mires siempre las etiquetas de los productos y, si es posible, elijas los que provienen de cerca.
El consumo de productos de proximidad contribuye con la economía local y de pequeños productores
Los alimentos ecológicos como los que tenemos en Bioterra están cultivados por agricultores españoles y de la zona, lo que contribuye con la economía local y consumirlos apoya a los trabajadores que ponen todo el mimo y cuidado en sus cultivos.
Este pequeño acto a la hora de consumir repercute directamente sobre la economía de la región y reduce los intermediarios, de forma que los agricultores y los consumidores podemos obtener un precio más justo por los productos. Y no sólo eso, sino que además, al ser más rentables para todos, permite que los productores puedan invertir parte de sus ganancias en investigación como hacemos en Bioterra, lo que repercutirá en sus negocios y en la incorporación de nuevas tecnologías que les permitan hacer su trabajo de una forma mejor y más eficiente.
Los productos de proximidad son más ecológicos
Ya hemos comentado que son más ecológicos por contribuir a la reducción de los gases de efecto invernadero y la huella de carbono, que son responsables del calentamiento global y todo lo que ello conlleva a nivel medioambiental.
Pero no sólo por eso son más ecológicos, además, cuando compras productos de proximidad estás llenado tu despensa de productos de temporada, lo que es muy importante porque para producirlos son necesarios menos productos químicos, ya que se adaptan tanto a la zona como al clima y al momento y requieren de menos ayuda artificial.
Además, incentivar la producción en zonas locales y apoyarla puede incluso ayudar al mantenimiento de ciertas especies autóctonas ya que, si desaparecieran esos productos locales, también desaparecerían dichas especies.
Los productos de proximidad son más sanos
Los alimentos de kilómetro cero suelen ser de temporada ya que la temporalidad de los productos es un factor que está vinculado directamente con su lugar de procedencia y éstos poseen una mayor cantidad de nutrientes dado que maduran de manera natural.
Pero además de los nutrientes, también conservan mejor sus propiedades organolépticas como el sabor, el tacto o el olor, por lo tanto, están más ricos.
Los productos de proximidad reducen el desperdicio alimentario
Cuando un producto tiene que viajar desde lejos, tarda en hacerlo, lo que conlleva que por el camino se desperdicie parte de los alimentos al estropearse durante el largo proceso de transporte.
Generalmente esto se debe a una incorrecta cadena de frío, y a problemas en los envases que hagan que parte del producto se estropee, entre otros. Y como consecuencia de esto, los productos dañados se tiran a la basura porque no pasan el control de calidad, con el desperdicio alimentario que esto conlleva.
Dónde y cómo comprar productos de proximidad
El lugar más fácil donde comprar los productos de proximidad es en los pequeños comercios de tu barrio o tu localidad y en los mercados de abasto. No obstante, no siempre todos los productos que venden son de la zona.
Para saber si lo son te recomendamos que mires la etiqueta donde debe poner su lugar de procedencia y en el caso de que no tengan puesta la etiqueta como ocurre muchas veces con los productos frescos, pueden preguntar al tendero o pedirle que te enseñe la etiqueta de la caja donde venía.
Además, siempre puedes usar el sentido común… si por ejemplo compras fresas en septiembre, casi seguro que no son españolas ya que en esa época no hay recolección de cultivo en nuestro país porque no es temporada.
Por último, está la venta online que tanto ha ayudado a los pequeños productores, que pueden vender sin necesidad de tener un local abierto constantemente con el gasto de tiempo y dinero que eso conlleva. En las webs evidentemente viene el lugar de procedencia de cada producto y puedes seleccionar los que se encuentren cerca de ti.