Origen de la expresión “El truco del almendruco”

Origen de la expresión “El truco del almendruco”

La expresión “el truco del almendruco” se suele utilizar para referirse a un método simple y fácil (a veces un poco tramposo). Lo usamos para llegar a la resolución de algún problema y hoy queremos contaros el origen más probable de la expresión.

Si bien no hay estudios que confirmen al 100% el origen de la expresión, la gran mayoría de los escritos al respecto hablan de que se fraguó en la Edad Media. Por aquellos tiempos no se podía tomar leche de oveja, cabra o vaca, no carne ni cualquier alimento de origen animal durante la cuaresma, que era muy rigurosa. Entonces la leche de almendra era una buena alternativa y se utilizaba en gran cantidad de recetas, especialmente para la repostería.

Pero sin maquinaria como licuadoras o batidoras no resultaba tan sencillo sacar la leche de la almendra, y surgió el famoso “truco del almendruco” que consistía en obtener leche de almendra con el fruto aún inmaduro, verde y más tierno, y machacarlas en un mortero con agua para reblandecerla y miel para quitarle el amargor del fruto temprano.

Así, tomar este pequeño atajo para conseguir la leche de almendras se llamó “truco del almendruco” y aún hoy se sigue utilizando esta expresión para aludir a realizar una pequeña trampa para solucionar algo.

De hecho, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el almendruco es “Fruto del almendro, con el mesocarpio todavía verde, el endocarpio, blando, y la semilla a medio cuajarse”, es decir, la almendra sin madurar, con la cubierta exterior aún verde y la semilla sin acabar de tomar la consistencia necesaria.

Esta es la teoría más extendida, pero hay otra tesis que nos lleva al mundo de la repostería. Podría tratarse de un rico dulce de origen mediterráneo, llamado “almendruco” y en el que se realiza una pasta, parecida al turrón de Jijona, con almendra, clara de huevo, azúcar y miel y con la que se elabora unas pequeñas piezas que emulan a una almendra, siendo recubiertas por una oblea crujiente que hace la función de cáscara.

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