No solo el clima, las condiciones meteorológicas y la elección de la variedad juegan un papel importante en el cultivo de la almendra. En esta ocasión nos centramos en los suelos saludables de nuestros cultivos, aquellos que favorecen un estado del bienestar que posteriormente repercutirá de forma positiva en la calidad del producto. Nuestros productos con las marcas Ñuts y Bioterra disfrutan de esta garantía.
Gracias al exhaustivo trabajo de investigación y desarrollo que realizamos en Bioterra, nuestros agricultores implementan en sus respectivas explotaciones las técnicas más avanzadas para contar con un terreno libre de malas hierbas y en óptimas condiciones. En este sentido, dependiendo de las conclusiones derivadas de los estudios previos, se podrá realizar una siembra determinada que sea apropiada para una almendra de calidad como la que comercializamos en Bioterra. Para ello es necesario estudiar diferentes factores que, posteriormente, intervendrán en la futura cosecha de la almendra.
Los abonos ecológicos, además de respetuosos con el medio ambiente, producen una menor degradación del suelo en comparación con los tradicionales. Del mismo modo, también hay que tener en cuenta el control de plagas que puedan afectar a las diferentes explotaciones. Para ello se llevan a cabo rigurosos análisis con el objetivo de que el agricultor pueda reaccionar a tiempo. Esto nos permite mantener, en la medida de las posibilidades, todo el control sobre el cultivo.
En el caso de Extremadura, el crecimiento exponencial del cultivo de la almendra es una realidad palpable en los últimos años gracias a diversos factores naturales, a los grandes rendimientos y al abanico de servicios que ofrece Bioterra, lo que se traduce en rentabilidad y seguridad para los agricultores. Se trata de un producto en auge que no deja de ganar valor no solo en el campo, sino también en los mercados.