Aunque son considerados comúnmente como golosinas, los frutos secos son uno de los mejores alimentos que podemos consumir. Aportan importantes cantidades de energía, proteínas, fibra, vitaminas, minerales, ácidos grasos y tienen un sabor extraordinario que puede acompañar una gran cantidad de recetas y platos ya sean dulces o salados.
La mayoría de médicos recomienda tomar un puñado de frutos secos al día, ya que son muchos los beneficios que tienen para nuestra salud. Además, hay estudios que aseguran que comer un puñado pequeño de frutos secos al día, ayuda a las dietas de control de peso. Pero, ¿sabías que además los frutos pueden sustituir nutricionalmente a otros alimentos?
Los frutos secos aportan proteínas vegetales que perfectamente pueden sustituir a la proteína animal. A través de ellos recibimos proteínas sin necesidad de consumir carne, que contiene más grasas y, cuyo consumo excesivo, es peligroso para la salud.
Hoy en día, además, se emplean muchas sustancias artificiales para mejorar la productividad ganadera que luego pueden repercutir negativamente en nuestro organismo, como hormonas o medicinas que se suministran a los animales. Consumir frutos secos ecológicos nos garantiza cubrir nuestras necesidades de proteína sin estos aditivos.
Por otro lado, los frutos secos aportan calcio. Es útil tenerlo en cuenta para aquellas personas que son alérgicas a la leche o intolerantes a la lactosa.
Quienes sufren trastornos digestivos no deben comer abundantes legumbres. Sin embargo, pueden ver satisfechas sus necesidades de hierro con frutos secos.
Los frutos secos más recomendados son las almendras, los anacardos, las avellanas, las nueces o los pistachos, especialmente si son ecológicos.
Estos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias, cardioprotectoras, antioxidantes y anticancerígenas. Además, los frutos secos son ideales para comer solos o como acompañantes en postres, ensaladas, salsas y otros platos