Garrapiñadas en la calle, ¡ya es Navidad!

Luces de colores, decorados y portalitos… Un año más, la Navidad se ha instalado en nuestras calles, y aunque son muchas las tradiciones que año tras año reproducimos, hay una de olor inconfundible que solo con pensarla la boca se nos hace agua.

 

¡Las garrapiñadas!, o “garrapiñá” como solemos llamarlas característicamente en la zona de Extremadura

 

El olor que desprenden recién hechas atrae y seduce a cualquier viandante. Sabrás que hay un puesto de garrapiñadas cerca por su peculiar aroma. Un olor que te encandilará, que guiará tus sentidos de forma inconsciente hacia ese puesto ambulante que las elabora y te incitará a que adquieras una bolsita. ¡Irresistibles!

 

Este producto de los de toda la vida que se puede comprar a pie de calle cuando das un paseo, se ha convertido en la golosina navideña por antonomasia.  Un snack perfecto para consumir mientras disfrutamos del alumbrado navideño.

 

Y su elaboración, ¿en que se basa? Básicamente en frutos secos, principalmente almendras en España, y caramelo. Es un proceso manual en el que la cocción deriva en un almíbar que posteriormente será el recubrimiento de los frutos secos, generando un sabor dulce y un bocado crujiente ¡Algo que suena y está delicioso!

 

Pero, ¿y ese nombre tan característico? El nombre de las garrapiñadas se deriva del verbo garapiñar que, según la Real Academia de la Lengua Española, significa «Bañar golosinas en el almíbar que forma grumos».

Además, la RAE entiende como garapiña «Estado del líquido que se solidifica formando grumo». La procedencia de este snack resulta desconocida, aunque es un producto común en todos los puntos del planeta. Sin embargo, en otras culturas es común la garrapiñada con otros alimentos, como las judías en Japón o las semillas de sésamo en los países árabes.

 

 

A día de hoy aún existen numerosos artesanos que poseen puestos ambulantes en los que fabrican este fruto seco caramelizado. Para ello emplean una perola (olla de metal que sirve para cocer) y una cuchara de palo que sirve para remover los frutos secos y el almíbar mientras se cuecen.

¡Un mecanismo menestral que garantiza el excepcional sabor de estas pequeñas delicias!

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