Lleva en nuestro país más de 2000 años. El Almendro, cuyo nombre significa “el despertar” ya que es el árbol frutal que primero florece en la primavera de ambientes templados. Se inició su cultivo en Persia, Siria e Israel, y los griegos se encargaron de distribuirlo por todo el Mediterráneo. Su fruto es el más consumido del mundo, concentrada su producción en California (EE.UU.) y España. ¡Son más de dos millones de hectáreas en todo el mundo!
Hace miles de años las almendras silvestres no eran dulces y saludable, de hecho, contenían toxinas. Es la famosa sustancia con gusto a almendras de muchas novelas, y muy usado por egipcios, griegos y romanos para combatir a enemigos o traidores.
El uso es posible a partir del cambio en un solo gen de dicho fruto. Esta mutación puntual ocurrió, según historiadores, hace unos diez mil años en el Cercano Oriente. ¡Alguien debió probar y salvarse en el intento! Aquellos arriesgados que probaron y encontraron semillas agradables sin cianuro, nos legaron un producto exquisito que tanto nos gusta.
Si hablamos de España, en sus comienzos no se contaba con los medios y maquinaría de la actualidad, por ello el cultivo del almendro no estaba implantado en muchos lugares de la península, donde hoy es un cultivo prioritario y habitual. Por aquel entonces el almendro estaba reservado para zonas limitadas, como eran aquellas áreas colindantes al mediterráneo, junto a las islas donde el clima acompañaba al crecimiento de este fruto seco.
No sería hasta los años setenta cuando se comenzó a agrandar la historia de la almendra, cuando las plantaciones de almendra se propagaron y aparecieron por zonas como Extremadura.
Concretando dicho producto en nuestra región, Extremadura, y empresa, Bioterra, ha de decirse que el almendro ocupa ya 7.100 hectáreas productivas y por nosotros pasa el 70% de la almendra regional. Los extremeños nos caracterizamos por ser, además de grandes productores, grandes consumidores de almendra. Ya sea como aperitivo, como ingrediente de múltiples recetas y bebidas o en la tradicional industria española del turrón, mazapán y pastelería, la almendra está presente en nuestra alimentación basada en la dieta mediterránea.