Las almendras son un fruto seco muy popular. A pesar de su alto contenido graso, son enormemente saludables y muy nutritivas. La almendra es la semilla comestible del árbol Prunus dulcis, comúnmente conocido como almendro, y nativo de Medio Oriente.
Se trata de un fruto con multitud de beneficios y propiedades para la salud y nuestro organismo, entre los cuales caben destacar:
- Las almendras son altas en ácido fítico, una sustancia que enlaza ciertos minerales y evita que sean absorbidos. Esto significa que la cantidad de hierro, zinc y calcio que puede conseguirse de ellas se ve reducida.
- Están repletas de antioxidantes, (sustancias que protegen al organismo del daño oxidativo, que contribuye al envejecimiento y a varias enfermedades) están presentes en la piel marrón que recubre las almendras.
- Son altas en vitamina E, la cual protege a las membranas celulares de daños externos. Esta vitamina E también está dentro del grupo de los antioxidantes, y su función puntual es proteger las membranas celulares del daño oxidativo.
- Pueden ser de ayuda para controlar el azúcar en sangre, pues en general, todos los frutos secos son bajos en carbohidratos y a la vez altos en grasas saludables, proteínas y fibras. Esto los convierte en un alimento ideal para diabéticos. Pero lo que hace destacar a las almendras es su alto contenido de magnesio. Este mineral está involucrado en más de 300 procesos orgánicos, incluyendo el control de la azúcar en sangre.
- Además, el magnesio tiene también beneficios para la presión sanguínea. La deficiencia de magnesio suele estar ligada a problemas de tensión, independientemente de si se tiene obesidad o no. Los niveles pobres de magnesio en la dieta están fuertemente ligados a la hipertensión, por lo que agregar almendras puede resultar beneficioso para tratar este problema.
- Otro de sus beneficios es la ayuda que prestan a la hora de bajar el colesterol. Tener altos niveles de colesterol LDL (colesterol “malo”) en la sangre es factor de riesgo bien conocido en las enfermedades coronarias. Todos los alimentos que consumimos tienen un efecto muy importante en los niveles de LDL y algunos estudios han demostrado que las almendras pueden ser efectivas para reducir dichos niveles. De hecho, una investigación halló que 42 gramos de almendras por día bajaron los niveles de colesterol LDL en 5.3 mg/dL, mientras mantenía el colesterol “bueno” HDL. Además, en el grupo que tomaba almendras, ayudó a reducir la grasa abdominal
- Las almendras no sólo bajan los niveles de colesterol LDL en la sangre, sino que también lo protegen de la oxidación, paso crucial en el desarrollo de enfermedades cardíacas. La piel de las almendras es rica en polifenoles antioxidantes, los cuales previenen la oxidación del colesterol en estudios de laboratorio y sobre animales. Y el efecto quizás sea aún más fuerte cuando se combina con otros antioxidantes, como la vitamina E. El colesterol LDL puede oxidarse, proceso que constituye un paso crucial en las enfermedades cardíacas. Consumir almendras reduce significativamente la oxidación del LDL.
- Por último, pero no por ello menos importante, son muy efectivas para perder peso. Entre el 10 y el 15 % de las calorías dentro de las almendras son difíciles de digerir por el organismo y, por ende, no se absorben. Además, hay algunas evidencias que apuntan a que consumirlas puede acelerar ligeramente el metabolismo. Combinando esto con la capacidad de las almendras para combatir el hambre, tiene sentido que sean un gran ingrediente en cualquier dieta para perder peso. Y hay varios estudios que apoyan esta afirmación. Otro estudio en 100 mujeres obesas encontró que aquellas que consumían almendras perdieron más peso que las que no lo hicieron. Además, mostraron mejoras en la circunferencia de la cintura y otros marcadores de salud.
Todas estas propiedades hacen que las almendras no sólo sean increíblemente saludables, sino que también son deliciosas y no requieren ningún tipo de preparación. Una combinación casi perfecta.