Los frutos secos son altamente recomendables. Salvo que sufras algún tipo de alergia que te impida incluirlos en tu dieta, las nueces, las almendras o los pistachos, entre otros, son un alimento imprescindible que no está asociado a un aumento de peso corporal.
Como ya sabemos, la ingesta de una cantidad moderada (unos 25 o 30 gramos diarios) está asociada a la prevención de múltiples enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, obesidad, problemas neurológicos o cardiovasculares.
Un reciente estudio publicado en la revista The journal of nutrition, health & aging ha demostrado que un consumo de frutos secos a largo plazo podría ser clave para mejorar la salud cognitiva en personas mayores, incluyendo una mejora del pensamiento, el razonamiento y la memoria. Comiendo 10 gramos al día, los ancianos pueden mejorar su función cognitiva hasta en un 60%, en comparación con los que no los consumen.
Aunque no existe una cura para el deterioro cognitivo relacionado con la edad y las enfermedades neurodegenerativas, una dieta saludable, equilibrada y rica en frutos secos, como es la mediterránea, mejora la salud de las personas.