Las almendras son un tentempié popular ricas en muchos nutrientes, como fibra y grasas saludables. También son una excelente fuente de vitamina E. Si bien muchas personas las disfrutan crudas o asadas, es posible que te preguntes por qué hay quien prefiere remojarlas antes de comer. En este post te diremos todo lo que necesitas saber sobre ello.
Las almendras tienen una textura dura y que puede llegar a dificultar su digestión. Sin embargo, remojarlas las suaviza, lo que puede hacerlas más fáciles de descomponer para nuestro organismo una vez ingeridas.
Numerosos estudios demuestran que tenerlas previamente en agua puede reducir significativamente los niveles de antinutrientes presentes en ellas. Con esto se consigue una mejor absorción de elementos como calcio, zinc, hierro o magnesio. También queda demostrado que ponerlas en agua disminuye los niveles de ácido fítico, y por supuesto, hace que las almendras sean más fáciles de masticar, lo que aumenta la disponibilidad y absorción de sus nutrientes. Esto se debe a que la descomposición en trozos más pequeños al masticar permite que se liberen y absorban mejor.
Por último, pero no por ello menos importante, este fruto seco crudo es duro y crujiente, con un sabor ligeramente amargo debido a sus taninos. Pero al empaparse, se vuelve más suave y menos amargo, lo que puede ser más atractivo para que algunas personas lo coman con más frecuencia.