La dieta mediterránea está considerada como una de las dietas más saludables, tanto por organismos como la OMS como por la mayoría de sociedades científicas de todo el mundo. Esta es una de las razones por la que España es uno de los países catalogados como más saludables del mundo en repetidas ocasiones.
Dado que los frutos secos son una parte fundamental de la dieta mediterránea, se recomienda consumirlos a diario. De entre todos, el pistacho destaca por sus múltiples cualidades. Se trata del protagonista de la nueva pirámide oficial de la dieta mediterránea, en la categoría de frutos secos, que elabora la Fundación Dieta Mediterránea.
Esta organización ha dado este liderazgo al pistacho por su completo perfil nutricional y su importancia en la dieta mediterránea. Comparado con otros frutos secos, el pistacho tiene una menor cantidad de grasa y contenido energético, junto a una alta proporción de fibra, potasio, vitaminas E y K, fitosteroles y determinados carotenoides como la luteína y zeaxantina, de gran importancia en la prevención de enfermedades oculares.
Además, diversos estudios científicos han demostrado que las personas que consumen con frecuencia estos frutos secos presentan una reducción cercana al 30% en el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores, como infarto de miocardio, accidente vascular cerebral o muerte por causa cardiovascular.
Es por ello por lo que numerosas sociedades científicas, como la Sociedad Americana de Cardiología, recomiendan el consumo regular de frutos secos en el marco de una dieta saludable.