Esta semana os traemos una receta que gustará tanto a los amantes de la comida asiática como a los amantes de la comida picante. Lo segundo no debe ser un problema, pues siempre podemos adecuar la cantidad de picante al gusto para que no resulte demasiado fuerte. De una forma sencilla podrás tener el sabor y aroma de Tailandia en tu propia cocina.
Ingredientes
- 2 pechugas de pollo
- Salsa de soja ligera
- Harina
- Aceite de oliva
- 2 puñados de anacardos
- 2 guindillas secas
- Media cucharada de pasta de chili tailandés
- Salsa de ostras
- Azúcar
- Agua
- 2 dientes de ajo
- Media cebolla
- 15g de cebollino
- 1 pimiento rojo
- 1 zanahoria
Preparación
Comienza cortando el pollo en dados y ponlo en un recipiente. Añádele media cucharada de salsa de soja, muévelo e incorpora harina para rebozarlo. Pon a calentar una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva y fríe el pollo hasta que quede dorado, luego resérvalo. A baja temperatura, para no quemarlos, fríe los anacardos y cuando comiencen a cambiar de color, añade las guindillas secas. Cuando todo esté dorado sácalo de la sartén y resérvalo junto al pollo. A continuación, coge un bol y mezcla la pasta de chili tailandés, la salsa de soja ligera, la salsa de ostras, el azúcar y un poco de agua, mézclalo todo bien y resérvalo. Pica los ajos y fríelos con una cucharada de aceite, después fríe la cebolla y la zanahoria. Una vez estén listo, añade la mezcla de las salsas a la sartén y muévelo todo. Incorpora el pollo, los anacardos y las guindillas secas y continúa removiendo. Para finalizar, agrega el pimiento rojo y el cebollino, muévelo todo hasta que esté preparado.
Este plato es muy fácil de preparar, pues solo hay que ir salteando los ingredientes en el orden adecuado tanto con una sartén como en un wok. El resultado queda bastante logrado, especialmente si lo acompañas de arroz.