El sector bio, bastante asentado en países como Inglaterra o Alemania, viene desde hace un tiempo pisando fuerte en España, que está en el noveno puesto en el ranking mundial de producción de alimentos biológicos y es el segundo país de la Unión Europea con más certificaciones orgánicas. España es, además, uno de los grandes productores mundiales de alimentos ecológicos y el que cuenta con mayor superficie y más productores de la UE, datos que aseguran un potencial de crecimiento importante. Según estadísticas recientemente publicadas, existen más de 33.700 agricultores y ganaderos ecológicos, y la superficie total de producción bio en España es de 1.610.129 hectáreas.
Los datos constatan que se trata de un sector en constante crecimiento, aunque el gasto que los españoles hacen en la compra de alimentos bio todavía es bastante inferior al de otros mercados. Los beneficios del consumo de productos bio son muchos, pero destaca el valor nutricional y organoléptico de estos alimentos y la inexistencia de elementos peligrosos como insecticidas y pesticidas sintéticos. A esto se añade el beneficio social y medioambiental.
El interés por el origen de los productos y su calidad es creciente entre la población española y su importancia empieza a verse reflejada en el cambio de paradigma de la alimentación. Sin duda, un paso hacia adelante.